“Sentí que durante el tratamiento mi cuerpo regresó a la sensación en el útero, donde pude sentir este flujo de sangre entre las membranas de los cuerpos, embrionarias y nuevas. Además, durante y después del tratamiento, mi mente dejó de ser una entidad separada, que estaba por encima y más allá de mi cuerpo, y se reunió con lo físico para sentirse completo y arraigado.”